Qué es la Inteligencia Emocional
El concepto inteligencia emocional (IE) ha adquirido mucha popularidad en los últimos años y se ha empezado a tomar en cuenta a la hora de medir las capacidades e inteligencia de las personas.
En el ámbito empresarial en la última década, se prioriza y se considera una inversión en la construcción de equipos altamente efectivos, mucho más a la persona atendiendo a ciertas capacidades, llamadas habilidades blandas (Soft Skills), que a su nivel de experiencia o conocimientos teóricos. Ser una persona con inteligencia emocional y proactiva, está cada vez más en alza como cualidad de gran valor en la contratación de profesionales por parte de gran número de empresas.
Según la definición de la UNESCO, las Soft Skills (también conocidas como habilidades no cognitivas) son “patrones de pensamiento, sentimientos y comportamientos” (Borghans et al., 2008) que están determinadas socialmente y pueden desarrollarse durante toda la vida para producir valor. Las Soft Skills pueden comprender rasgos de personalidad, actitudes y motivaciones y son de vital importancia para el empleo y la adaptabilidad de los ciudadanos europeos.
Pero el concepto de Inteligencia Emocional surgió a principios del siglo pasado. Su precursor fue el concepto de Inteligencia Social (Thorndike, 1920) que se definió como la habilidad de comprender y dirigir a los hombres y mujeres y actuar sabiamente en las relaciones humanas.
Años después, Salovey y Mayer (1990) introdujeron por primera vez en psicología la expresión “Inteligencia Emocional” y la definieron como la capacidad de percibir los sentimientos propios y los de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa información para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo. Daniel Goleman en su libro Emotional Intelligence (1995) introduce una gran novedad y es que la inteligencia emocional puede aprenderse, frente a un concepto elitista de Herrnstein y Murray y su libro The Bell Curve(1994):¨la inteligencia de la gente se distribuye de acuerdo con la curva normal: pocos son muy inteligentes, muchos están en el medio, y unos pocos tienen poca inteligencia. Estas diferencias son difíciles de cambiar¨. Más adelante toman en consideración la relación entre la inteligencia y la economía, señalando una relación entre baja inteligencia y pobreza o desempleo; mientras que la alta inteligencia se relaciona con empleos bien pagados y con más salud.
Goleman afirma que la inteligencia emocional puede ser tan poderosa o más que la inteligencia general, y que todas las personas pueden aprender inteligencia emocional. Por tanto, todos podemos ser emocionalmente inteligentes. En este sentido, Goleman adopta una postura igualitaria, frente al elitismo.
La importancia de la IE radica en aprender a administrar las emociones para que éstas trabajen a favor de la persona (Garaigordobil y Oñederra, 2010) y describe aptitudes complementarias, pero distintas de la inteligencia académica (Coeficiente Intelectual).
La inteligencia emocional se estructura como un modelo de cuatro ramas interrelacionadas (Mayer, Salovey y Caruso, 2000; Mayer y Salovey, 1997, 2007):
1- Percepción emocional
Las emociones son percibidas, identificadas, valoradas y expresadas. Incluye la capacidad para expresar las emociones adecuadamente. También la capacidad de discriminar entre expresiones precisas e imprecisas, honestas o deshonestas.
2- Facilitación emocional del pensamiento
Las emociones priorizan el pensamiento y dirigen la atención a la información importante. Desde la Programación Neurolingüística (PNL), se considera cómo interpretamos la información que recogemos a través de nuestros sentidos, según nuestro mapa mental (ante un mismo suceso cada persona filtra la información de manera diferente, es por este motivo que no vemos la realidad, vemos lo que interpretamos de ella).
3- Comprensión emocional
Comprender y analizar las emociones: esto es, la capacidad para poner un nombre correcto a la emoción que estás sintiendo, entender por qué y comprender sentimientos más complejos como por ejemplo, el amor y odio simultáneo hacia una persona querida (pareja, hijos) durante un conflicto. También incluye la habilidad para reconocer la transición entre emociones (de frustración a ira, de amor a odio). Esta comprensión emocional requiere en muchas ocasiones de un gran trabajo de autoreflexión y se utiliza en diferentes tipos de terapias como la TREC (Terapia Racional Emotivo Conductual). Llegar a identificar una emoción y analizarla, así como entenderla, es un trabajo de aprendizaje y entrenamiento.
4- Regulación emocional
Regulación reflexiva de las emociones para promover el conocimiento emocional e intelectual. Tener pensamientos racionales y tomar consciencia de la realidad favorece la gestión de las emociones en las situaciones de la vida. La regulación emocional también implica la habilidad para distanciarse de una emoción y analizarla de manera racional en uno mismo y en los demás; y también se refiere a la capacidad para mitigar las emociones negativas y potenciar las positivas.
Modelos de evaluación emocional
Mayer, Salovey y Caruso (2004) desarrollaron la Escala Multifactorial de Inteligencia Emocional (Multifactor Emotional Intelligence Scale, MEIS; Mayer, Caruso y Salovey, 1999) que posteriormente tuvo como sucesora el Test de Inteligencia Emocional Mayer-Salovey-Caruso (Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test, MSCEIT; Mayer, Salovey, Caruso, y Sitarenios, 2003), adaptada al castellano por Extremera, Fernández-Berrocal y Salovey (2006). Se han desarrollado dos versiones, el MSCEIT v.1.1. y el MSCEIT v.2.0. Esta última es una versión más corta diseñada para el ámbito profesional e investigador.
El MSCEIT v.2.0. consta de ocho tareas diferentes (141 ítems en total), dos para cada uno de los cuatro componentes de la inteligencia emocional:
- Habilidad para percibir las emociones propias y de los demás es decir, la percepción de las emociones, se evalúa mediante la presentación de fotografías de una persona y pidiendo que se estime el nivel de tristeza, felicidad, miedo, etc., (Percepción emocional en rostros) así como de diversos paisajes y diseños abstractos (Percepción emocional en dibujos).
-Habilidad para utilizar las emociones con el fin de facilitar la toma de decisiones, es decir, la capacidad de gestión de las emociones (asimilación emocional) la persona debe indicar en qué grado considera que determinados estados de humor como el aburrimiento o la felicidad pueden ser útiles para realizar ciertas actividades.
-Habilidad para conocer las emociones: esta capacidad es evaluada por medio de un cuestionario en el que hay que completar frases que consideran el conocimiento sobre el vocabulario relacionado con las emociones y sobre la evolución y cambio de éstas.
-Habilidad para regular las emociones propias y de los demás es decir, el control de las emociones. Esta capacidad es evaluada por una serie de escenarios en las que las personas deben elegir la manera más adaptativa de regular sus propios sentimientos (Auto-manejo emocional) y los sentimientos que surgen en situaciones sociales y con otras personas (Manejo social).
Otros autores han definido la IE como un Rasgo (Neubauer y Freudenthaler, 2005; Petrides y Furnham, 2001) haciendo referencia a las habilidades mentales, destrezas o competencias y las características de personalidad(modelo mixto). Así se desarrollaron escalas como el Trait Meta-Mood Scale (TMMS; Salovey, Mayer, Goldman, Turvey y Palfai, 1995) o el Emotional Quotient Inventory (EQ-I; Bar-on, 2000) . El TMMS es una de las escalas más utilizadas, existiendo una versión reducida en castellano (TMMS-24; Extremera y Fernández-Berrocal, 2005; Fernández-Berrocal, Extremera y Ramos, 2004)
El TMMS -48 es una escala Rasgo de Metaconocimiento de los estados emocionales que evalúa, las diferencias en las destrezas con las que los individuos son conscientes de sus propias emociones y su capacidad para regularlas. Algunos autores indican que esta prueba solamente hace referencia a las percepciones que tienen las personas sobre sus propias habilidades emocionales más que a los niveles reales de IE, por lo que sería más adecuado denominarla como índice de Inteligencia Emocional Percibida (IEP). Mide en una escala de 5 puntos tres dimensiones en la IE:
Atención a los sentimientos, refleja el grado en el que las personas creen prestar atención a sus emociones y sentimientos
Claridad emocional, se refiere a cómo las personas creen percibir sus emociones.
Reparación de las emociones, que es la creencia del sujeto en su capacidad para interrumpir y regular estados emocionales negativos y prolongar los positivos.
La puntuaciones altas en IE del TMMS-48 se han asociado con:
- una mejor resiliencia( recuperación ante eventos negativos).
- niveles más bajos de estrés ante los exámenes o estresores de tipo experimental. mayor satisfacción vital.
- menor alexitimia(es la incapacidad para identificar las propias emociones y, en consecuencia, para expresar lo que se siente).
- puntuaciones bajas en síntomas de tipo rumiaciones, ansiedad y depresión.
- mayor empatía y optimismo así como en una mejor calidad en las relaciones interpersonal.
Según un estudio realizado sobre ¨Inteligencia Emocional en la Salud Física y Mental¨ por Agustín Ernesto Martínez González, José Antonio Piqueras , Victoriano Ramos Linares del Departamento de Investigación y Tratamiento, Clínica Neuropsicológica Mayor, Alcantarilla (Murcia), Departamento de Psicología de la Salud, Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante) y Servicios Sociales de la Mancomunitat Marina Baixa (Alicante) respectivamente, concluyeron que:
- Algunos estudios han encontrado que la evaluación de la IE tiene ciertas similitudes con otros constructos como los rasgos de personalidad. Así, Austin, Saklofske y Egan, (2005) hallaron que la IE estaba fuertemente relacionada con la cantidad de apoyo social, y que a su vez esta claridad de apoyo social y satisfacción con la vida, estaban muy relacionadas con la personalidad.
Gannon y Ranzijn (2005) argumentaron que las escalas de IE lo que realmente medían era personalidad. En su investigación llegaron a la conclusión de que existía alguna coincidencia entre personalidad e IE, pero que la IE podía ofrecer interpretaciones valiosas a las teorías actuales de la personalidad.
Así pues, algunos autores han defendido que la IE estaría considerada como un rasgo de personalidad (Petrides, Furnham y Frederickson, 2004)
-Otros estudios que han relacionado IE y salud mental, concluyen que niveles altos de IE están relacionados significativamente con el bienestar emocional y la salud mental al igual que niveles bajos de IE se relacionan con ciertos problemas emocionales, tales como depresión, dificultad para verbalizar sentimientos, escasa conciencia emocional, ansiedad, problemas en la personalidad y conductas adictivas.( Concretamente en la escala TMMS, las dimensiones de claridad y reparación correlacionan negativamente con la ansiedad y la depresión, mientras que la dimensión atención lo hace en sentido positivo). Así pues, la IE ha sido considerada por diferentes autores como un buen protector frente a la aparición de trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión, ya que disminuye la vulnerabilidad al estrés y evita la aparición de estos trastornos.
-En relación a los estudios de IE y problemas de salud física o médica, y pese a los escasos estudios realizados, la mayoría de los autores destacan el papel moderador de la IE sobre el afrontamiento de los síntomas de enfermedades médicas. Así, niveles altos de IE o de capacidad de comprensión y reparación emocional se han relacionado con una menor intensidad del dolor postoperatorio. Esto indicaría que la IE podría funcionar como un protector contra acontecimientos estresantes, negativos o aversivos (como sufrir una enfermedad o un proceso operatorio), jugando un papel crucial en el proceso de adaptación del individuo ante la enfermedad.
Son pocos los estudios que han analizado la relación entre el dolor crónico y la IEP (Inteligencia Emocional Percibida). Zautra, Smith, Affleck y Tennen (2001) estudiaron la relación entre claridad, afecto negativo del TMMS y dolor en enfermos crónicos de artritis y fibromialgia. Los resultados resaltaron que el afecto positivo redujo la relación entre el afecto negativo y el dolor. Los pacientes con artritis y que tenían una mayor claridad emocional confundieron menos sus estados afectivos positivos y negativos. Mientras que los pacientes con fibromialgia con una alta claridad tuvieron más afecto positivo y menos negativo.
-Todos estos datos recogidos de diferentes estudios sugieren la importancia de fomentar el desarrollo de la IE desde la niñez para prevenir la aparición de trastornos emocionales y mejorar las estrategias de afrontamiento ante procesos de enfermedad. El estudio coincide con la opinión de diversos autores que destacan la necesidad de enseñar y entrenar ciertas habilidades emocionales de la IE. De esta afirmación se deriva la necesidad de trabajar en el desarrollo de intervenciones preventivas y de promoción de la salud desde el enfoque de la inteligencia emociona en el ámbito escolar y familiar. Algunos de los objetivos de estos programas podrían ser los siguientes:
1) dotar de estrategias educativas a los padres y madres mediante seminarios o talleres prácticos (coordinados desde las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos)
2) fomentar el autocontrol emocional, las habilidades emocionales y sociales desde edades muy tempranas a través de actividades de aprendizaje cooperativo.
Bibliografía consultada y recomendaciones.
https://www.uv.es/seoane/boletin/previos/N92-4.pdf
https://www.redalyc.org/pdf/3382/338233061007.pdf
https://www.redalyc.org/pdf/2931/293122002020.pdf
Liderazgo. Leadership Presence (Serie Inteligencia Emocional HBR) (Español) Tapa blanda – 19 junio 2019
de Harvard Business Review (Autor), Betty Trabal (Traductor)
Autociencia (Serie Inteligencia Emocional HBR): 9 (Coleccion Inteligencia Emocional (Serie blanca HBR)) (Español) Tapa blanda – 15 octubre 2019
de Harvard Business Review (Autor), Daniel Goleman (Autor), Robert Steven Kaplan (Autor), & 2 más
Focus. Serie inteligencia emocional
l HBR (Español) Tapa blanda – 17 enero 2020 de Harvard Business Review (Autor), Daniel Goleman (Autor), Heidi Grant (Autor), & 3 más.
Inteligencia emocional en la empresa (Imprescindibles) (Español) Tapa dura – 22 marzo 2018
de Daniel Goleman (Autor), Efrén Del Valle Peñamil; (Traductor)/